Tras los atentados terroristas en Europa, muchas siguen siendo las opiniones, los miedos y las incertidumbres. El ámbito de la Salud Mental no queda exento de este escenario.
Si bien el área del Trauma en Psiquiatría sigue en constante desarrollo e investigación, se sabe que el sobreponerse a los eventos traumáticos producidos por el hombre es más difícil que superar aquellos causados por la naturaleza y resultados de accidentes. Si a esto le sumamos el “no poder dar vuelta la página” por el constante temor a una nueva amenaza terrorista, la evolución se complica bastante.
Después de cualquier evento traumático existe un plazo de alrededor de 48 horas posteriores al trauma en las cuales no se puede realizar ningún diagnóstico psiquiátrico, ya que cualquier reacción se considera “dentro de lo esperable”. Luego de este plazo, los individuos que estuvieron expuestos al trauma pueden presentar desde un simple malestar hasta reacciones ansiosas, depresivas, conductas auto- agresivas como el aumento del consumo de sustancias perjudiciales para la salud (tabaco, drogas, alcohol, etc.) a un cuadro postraumático propiamente tal.
Los Trastornos postraumáticos incluyen el Trastorno de Estrés Agudo, que se presenta entre las 48 horas y los 30 días siguientes a un trauma, y el Trastorno de Estrés Postraumático, que en su forma aguda se presenta entre el 1er al 3er mes siguiente al episodio traumático y Crónico, si es posterior a este plazo.
Ambos cuadros incluyen una respuesta de horror frente al suceso traumático e incluyen una tríada sintomatológica que comprende:
1) Síntomas de Re experimentación: Flashbacks y pesadillas.
2) Síntomas de evitación y embotamiento: uno evita pasar cerca o ver imágenes o noticias que le recuerden el evento traumático, evita tocar el tema y se molesta al ser cuestionado al respecto. A su vez el paciente puede verse enlentecido o” entumecido emocionalmente”.
3) Síntomas de Hiperactivación del Sistema Nervioso Autónomo: Se vive en un constante estado de alerta, irritable, ansioso y siempre “listo a arrancar y salir corriendo frente a la emergencia”.
En el Trastorno de Estrés Agudo se pesquisan además síntomas disociativos como des realización (sensación de extrañeza hacia el entorno o como si el mundo alrededor transcurriera en cámara lenta), despersonalización (sensación de extrañeza hacia uno mismo) o fenómenos de heautoscopía (verse desde arriba como si uno estuviese desdoblado), entre otros.
No todas las personas que se vieron expuestas a un mismo evento traumático presentaran sintomatología postraumática, y entre los principales factores de vulnerabilidad se describe el tener antecedentes psiquiátricos de cualquier tipo (sobretodo Trastorno de Personalidad), historia de traumas previos y la cercanía o tiempo de exposición al evento traumático. Asimismo, el tener familiares o amigos que hayan fallecido durante o por causa directa a los atentados empeora el pronóstico.
Este tipo de Trastornos por lo general son subdiagnosticados y si no son tratados adecuadamente pueden llegar a producir una merma en la funcionalidad de los pacientes en el largo plazo, o producir cambios persistentes de la personalidad: los afectados se vuelven desconfiados y ven al mundo como un lugar de amenaza constante.
El tratamiento puede incluir Farmacoterapia para disminuir la sintomatología ansiosa y los trastornos del sueño, y de todos modos debiese incluir Psicoterapia, de preferencia en su variante cognitivo-conductual de exposición, y prevención de respuesta cuando el temor y los síntomas evitativos son importantes o reestructuración cognitiva cuando hay mucha culpa involucrada. Como enfoque asociado o único se puede utilizar EMDR (discutido en un artículo previo) o Terapia de reprocesamiento y desensibilización basada en los movimientos oculares.
Obviamente en el caso de amenazas constantes, en el cual se superpone al progreso del paciente un miedo real a posibles nuevos atentados terroristas, la línea divisoria entre distorsión cognitiva y precaución atingente a la realidad se hace más fina y debe explorarse caso a caso según el paciente y su vida.
En Chile nos encontramos a más de 10 mil kilómteros de distancia de Europa, por lo que podría considerarse que estos cuadros serían inexistentes. Sin embargo, se sabe que la posibilidad de traumatizarse a través de los medios de comunicación existe y a veces pueden llegar a cumplirse todos los criterios de un Trastorno Postraumático. Si bien el “TEPT by Proxy” o por proximidad fue eliminado de la nueva versión del Manual Estadístico de Psiquiatría, esta ha sido una decisión no exenta de polémica y que sigue más bien criterios de gestión de salud y políticos que clínicos.
Es por esto que en personas que tengan un historial psiquiátrico, que se sientan vulnerables al tema del trauma o tengan antecedentes traumáticos en su historia vital, ya sea en la niñez o en la vida adulta, no es recomendable ver muchas noticias al respecto, o por lo menos no muy cerca de la fecha del evento. En caso de aparecer problemas para dormir, pesadillas y síntomas ansiosos aconsejo fuertemente consultar con un especialista ya que como dice el viejo dicho “más vale prevenir que curar”.
Por: Dra. Macarena Gálvez, Médico Cirujano, Pontificia Universidad Católica de Chile. Psiquiatría Adultos Universidad de Chile. Directora Médico Unidad de Peritajes Clínicos.