Es muy probable que tú o un amigo, familiar, colega en algún momento de la vida sea diagnosticado de alguna enfermedad mental, como la depresión. Pero el gran problema que surge cuando nos enteramos de esta situación es que no sabemos cómo tratarlo o qué decir. Aún es un tema tabú y que genera estigma.
¿Qué es el estigma? Es atribuir cualidades negativas y despectivas sobre un colectivo de personas, que pasan a ser tratadas a través de una visión construida sobre prejuicios y falta de información. A las personas con problemas de Salud Mental se les considera imprevisibles, incapaces para trabajar y tomar decisiones, poco inteligentes, débiles y agresivos. Son estereotipos que no se corresponden con la realidad, pero que influyen en las actitudes y comportamientos que los demás tienen hacia la Salud Mental.
Este estigma es la principal barrera para la recuperación, el bienestar y, en definitiva, tener una vida normalizada.
Es así como crece el problema manteniéndose en secreto, velado. Ir al psiquiatra es síntoma de “estar loco”. Por lo tanto, es información que no se revela a contactos y que, por ejemplo, se oculta en una entrevista de trabajo.
Y vamos generando un círculo vicioso que de alguna manera perpetúa la enfermedad. Se vuelve difícil hablar de Salud Mental porque aparece el miedo y la duda: el miedo a la incomprensión y rechazo por parte del paciente; Y la duda de los familiares: “¿será esto manipulación?”, “¿Qué le digo para que reaccione y se sienta mejor?”.
Para poder acabar con el estigma y sus consecuencias debemos partir de la base que la Depresión es una enfermedad. Y aunque es difícil de creer, es una enfermedad física, hay una parte de nuestro cuerpo que funciona mal, como en cualquier otra enfermedad. En este caso es el cerebro quien está enfermo. Ése es el órgano que anda mal.
El problema, es que es muy difícil de ver porque es una enfermedad invisible. Si usted tuviera que usar bastones, es muy probable que las personas al ver su dolencia, pueden dimensionar su dolor o sus necesidades. Le darán el asiento, lo dejarán pasar en alguna fila y trataran de facilitarle algunas tareas. Pero a la depresión no podemos verla y cuesta comprenderla: no todos los días son iguales, muchas dolencias no son reveladas y se llevan en silencio. A veces los síntomas son corporales (cansancio extremo, dolor físico). La depresión no es exclusivamente pena. Incluye rabia e irritabilidad. La depresión tiene muchos síntomas y muchos de ellos son muy intensos y no los relacionamos con la enfermedad, sino más bien con la forma de ser.
Entonces, al sumar el estigma en Salud Mental y que en depresión “la procesión se lleva por dentro” es difícil comprender y tener el trato adecuado. Solemos pensar que estar deprimido es lo mismo que “no tener voluntad para hacer cosas” o que es manipulación. Y lo cierto es que no es así.
Es importante entonces, cambiar el concepto que tenemos de la enfermedad, así como el trato que se le da al paciente. Junto con eso, estar más atentos a lo que le decimos. A pesar de que no seas una persona afectada por una enfermedad de esta área, hay maneras muy simples de actuar:
- Sobre todo, escucha y ayuda a tomar una buena decisión: Si alguien te viene a explicar que está pasando o ha pasado por un problema de Salud Mental, no lo intentes evitar. El paso de pedir ayuda puede ser muy difícil de dar por la otra persona. Además, no hace falta que digas nada si no sabes qué decir. A menudo un gesto de apoyo simple hace la diferencia. Evita frases como: “si tu quisieras estarías bien”, “pon de tu parte” o “fíjate en las cosas buenas que tienes”. No tengas miedo a notificar a otro cercano para tomar medidas como pedir ayuda profesional
- Infórmate para saber más, luego pongamos el tema sobre la mesa: Cualquier persona puede experimentar síntomas depresivos. Por eso, ser capaz de hablar es importante para todos nosotros y muy necesario. No tienes que ser un experto sobre el tema, solo mostrar interés. Si crees que necesitas ayuda, la puedes encontrar en diferentes servicios. Es importante acceder a información más fidedigna. Acércate a preguntar a algún profesional cada vez que tengas dudas.
La Salud Mental nos afecta a todos. En consecuencia, todo el mundo tiene la responsabilidad de contribuir a la construcción de una comunidad mentalmente saludable, que apoye la inclusión social y reduzca así la discriminación.
Por: Andrea Eberhard, Terapeuta Ocupacional, Universidad de Chile. Actualmente trabaja en Clínica MirAndes