Solidaridad y bienestar: el poder de ayudar a otros para sentirnos mejor

Experiencia

En momentos donde la Salud Mental ha cobrado una relevancia transversal en nuestra sociedad, la solidaridad emerge como un camino poderoso y muchas veces subestimado para fortalecer el bienestar personal y colectivo. Ayudar a otros no solo transforma la vida de quienes reciben ese apoyo, también genera efectos positivos, profundos y sostenidos en quienes brindan esa ayuda.

Ya sea participando en actividades comunitarias, acompañando a una persona en situación vulnerable o simplemente tendiendo una mano en la vida cotidiana, los actos solidarios movilizan emociones, activan vínculos y generan un sentido de propósito que repercute directamente en nuestra Salud Mental.

Teresa Valle, psicóloga de Grupo Cetep Rancagua señala al respecto: «Hoy en día, que vivimos en un mundo tan individualista, y por lo general, centrados en nosotros mismos, surge el valor de la solidaridad. La solidaridad es un valor, que hoy cobra una relevancia transversal en nuestra sociedad, porque por un lado es un camino para ayudar a personas, ya sea desde una comunidad hacia una persona, incluso una mascota. Se ha ampliado nuestro concepto de solidaridad, y esto nos da un beneficio personal, no solamente por sentir una satisfacción a veces en lo económico o ideológico, si no que despierta sentimientos positivos en las personas, como la gratitud, la empatía y la esperanza. Estas emociones positivas en nuestro estado de ánimo nos van a ayudar a fortalecer y contribuir a la autoestima y darnos un sentido de valor y un sentido de vida, ya que así, no pensamos solo en nosotros, si no que pensamos en otros, y así, podemos aumentar nuestro nivel de satisfacción. Por eso quiero invitar a todas las personas a que hoy nos miremos, cooperemos y colaboremos con un gesto, con escuchar, con apoyar y asistir, y así nos vamos a sentir cada vez mejor, porque para recibir, tenemos que dar.»

¿Por qué ayudar a otros nos hace sentir bien?

1. Refuerzo del apoyo social y sentido de pertenencia
Al involucrarnos en acciones solidarias, ampliamos nuestros círculos de contacto y generamos vínculos significativos. Este tejido social actúa como una red de contención emocional que nos protege en momentos de crisis. La pertenencia a una comunidad, especialmente en tiempos de incertidumbre, es un factor protector clave frente al estrés, la ansiedad y la depresión.

2. Activación de emociones positivas
Brindar ayuda despierta sentimientos como la gratitud, la empatía y la esperanza. Estas emociones positivas no solo tienen un efecto inmediato en el estado de ánimo, sino que también contribuyen a fortalecer la autoestima y el sentido de valor personal. A largo plazo, está demostrado que las personas que practican regularmente la generosidad reportan mayores niveles de satisfacción vital.

3. Efectos en la Salud Mental y emocional
Ayudar a otros genera una sensación de propósito que puede amortiguar síntomas de vacío, apatía o desesperanza. Participar en acciones solidarias ha sido asociado con una disminución en los niveles de cortisol (la hormona del estrés), mejoras en la calidad del sueño y una menor prevalencia de síntomas depresivos. Esto se observa tanto en intervenciones comunitarias organizadas como en gestos cotidianos de apoyo mutuo.

Datos desde Chile: una motivación compartida

La Encuesta Nacional de Voluntariado y Solidaridad realizada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia reveló que el 28 % de las chilenas y chilenos ha participado en labores de voluntariado en el último año. Una cifra que, más allá del número, deja ver un deseo profundo de vincularse con otros y contribuir al bienestar colectivo.

Lo más llamativo del estudio es que el principal motivo señalado por quienes participan en este tipo de actividades no fue económico, ni siquiera ideológico, sino emocional: un 42 % de las personas encuestadas declaró que lo hacía porque “le hace sentir bien”. Esta razón revela una verdad esencial: la solidaridad no solo construye comunidad, también construye Salud Mental.

Cultivar una cultura solidaria que sana

En Grupo Cetep creemos firmemente que los espacios de Salud Mental deben ir más allá del tratamiento clínico individual. La promoción de una cultura solidaria es parte integral de un enfoque de bienestar más amplio, que considera a la persona en su dimensión emocional, relacional y comunitaria. 

En definitiva, al posicionar la solidaridad como una herramienta de bienestar, ampliamos el alcance del cuidado psicológico, lo hacemos más accesible y también más humano, y en una sociedad que parece ser cada vez más individualista, promover la solidaridad no es solo deseable, es urgente. Cada gesto de cuidado y cada acción solidaria puede ser un punto de inflexión en la vida de alguien… y también en la nuestra. Ayudar nos conecta. Nos recuerda que no estamos solos, y en ese encuentro con el otro, descubrimos también nuevas formas de cuidarnos a nosotros mismos.