La importancia de captar señales de alerta en niños de forma temprana 

Experiencia

La infancia y la adolescencia son etapas llenas de cambios. En pocos años, los niños pasan de descubrir el mundo a enfrentarse a los desafíos de la vida escolar y social, mientras que los adolescentes buscan identidad e independencia. En este contexto, es normal que experimenten altibajos emocionales. Sin embargo, no siempre lo que parece “propio de la edad” lo es, y aquí es donde la detección temprana de señales de alerta se vuelve fundamental. 

En Chile, el panorama es preocupante. El Ministerio de Salud ha reportado que casi el 20 % de los niños y adolescentes presenta algún trastorno de salud mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes. A pesar de esta realidad, muchas veces los signos iniciales pasan inadvertidos o son atribuidos a “mañas” o “rebeldía”. Esa invisibilización no solo retrasa la ayuda, sino que puede agravar los problemas a futuro. 

Algunas señales frecuentes incluyen cambios persistentes en el ánimo, alteraciones del sueño, bajo rendimiento escolar, aislamiento social y pérdida de interés en actividades que antes generaban entusiasmo. Estas conductas, cuando se mantienen por más de dos semanas, son un llamado de atención que no debe ignorarse. 

Aquí, los adultos cercanos —padres, madres, cuidadores, profesores— tienen un rol clave. No se espera que diagnostiquen, pero sí que observen, validen y acompañen. La mirada atenta puede hacer la diferencia entre intervenir a tiempo o enfrentar un problema más complejo más adelante. 

Teresa Valle, psicóloga de Grupo Cetep señala al respecto: “Es importante detectar a tiempo los trastornos de salud mental porque los niños están en una etapa donde sus vidas se ven afectadas en distintos aspectos y que pueden conllevar a problemas a largo plazo si no son detectados de forma temprana. Al trabajar por tener niños y adolescentes sanos estamos promoviendo para el futuro adultos sanos, y es fundamental que pongamos énfasis en esto.” 

Consejos prácticos para padres y cuidadores: 

1. Prestar atención a cambios de ánimo prolongados 
Si la irritabilidad, tristeza o enojo se mantienen por más de dos semanas, puede ser señal de un malestar emocional que requiere atención. 

2. Observar variaciones en sueño o apetito sin causa aparente 
Dormir demasiado o muy poco, perder el apetito o comer en exceso son cambios que pueden reflejar ansiedad o estrés en los niños. 

3. Conversar si se percibe aislamiento social o desmotivación 
Cuando dejan de querer compartir con amigos o familia, abrir un diálogo cercano y sin juicios puede ayudarles a expresarse. 

4. Registrar pérdida de interés en actividades habituales 
Si abandonan juegos, deportes o hobbies que antes disfrutaban, podría indicar que atraviesan un problema de salud emocional. 

5. Consultar apoyo profesional si estos signos interfieren en la vida diaria 
Buscar ayuda psicológica o psiquiátrica temprana permite entregar herramientas y acompañamiento antes de que el malestar se agrave. 

En Grupo Cetep creemos que la salud mental se cuida desde la prevención y la detección temprana. Nuestra misión es acompañar a niños, adolescentes y sus familias, derribando estigmas y acercando atención especializada, para que cada persona pueda crecer en un entorno de bienestar y contención.