«¿Por qué me siento tan triste, si ya llegó sano y salvo mi bebé? ¿Porqué me siento tan deprimida? ¿Quizás no sirvo para ser madre?” Un alto porcentaje de mujeres se plantea este tipo de preguntas durante las primeras semanas después de haber dado a luz. Todas las mujeres que acaban de dar a luz enfrentan varias dificultades. Algunas de ellas son:
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- Los intensos cambios hormonales
- No sentirse a gusto con el propio cuerpo
- Los problemas con la lactancia
- El estrés provocado por el llanto del bebe
- La falta de sueño.
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Todos estos factores influyen en el período post- parto que es el de mayor vulnerabilidad en la vida de una mujer.
- En Chile alrededor del 30% de las mujeres embarazadas tiene síntomas de ansiedad o depresión o ambos, sin alcanzar a configurarse una depresión propiamente tal. En el post parto esta cifra aumenta a alrededor de un 40%, existiendo mayor riesgo de presentar de que este estado depresivo se transforme en una enfermedad.
- Una de cada 10 mujeres presenta depresión post parto. Por cada 4 mujeres enfermas, sólo una recibe tratamiento y no siempre éste es el adecuado.
Cuadros clínicos más frecuentes
La depresión post-parto se puede manifestar a través de dos cuadros clínicos: la disforia post parto y la depresión post parto. Este último es el más grave de los dos.
Disforia post parto
- Se trata de un trastorno transitorio que aparece durante los primeros días después del parto, generalmente alrededor del tercer día, durando algunas horas y eventualmente algunos días. De cada 10 mujeres, 6 lo presentan. Es leve por lo que no se considera una enfermedad.
- Se produce por los cambios hormonales bruscos que provoca el proceso del parto.
- Puede haber ánimo depresivo, insomnio, llanto, fatiga y ansiedad. Hay cambios repentinos en el carácter. También puede haber irritabilidad; inquietud y problemas de concentración.
- No requiere tratamiento específico; es imprescindible sí, tranquilizar a la madre, explicándole que se trata de un proceso que por si sólo se va a regular.
De cada 10 mujeres con disforia, 2 pasan a una depresión, ya que los síntomas no desaparecen por sí solos
¿En qué consiste la depresión post parto?
La depresión post parto, en cambio, es un cuadro más grave. Aparece más tarde; generalmente un mes después del parto, alcanzando su intensidad máxima entre el segundo y el tercer mes. Sin embargo puede durar todo el primer año.
Afecta al 10 a 15% de las madres. Tienen más riesgo de enfermar aquellas mujeres que hayan sufrido con anterioridad de depresión o de depresión post parto, o que tengan trastorno bipolar. También aumenta el riesgo de depresión post parto si hubo depresión durante el embarazo o si la mujer estaba estresada (por ejemplo, si el embarazo no fue planificado, hay problemas conyugales o siente falta de apoyo familiar).
La depresión post parto tiene los mismos síntomas que una depresión común. Es decir, hay un estado de desánimo, disminuye el interés por todo y la capacidad de disfrutar. La persona puede perder el apetito o –por el contrario- sentir deseos de comer en exceso. También se altera el sueño, ya sea que la persona presente insomnio o que desea dormir todo el día. Puede que la mujer esté muy inquieta (por ejemplo, se frote permanentemente las manos, pellizque la piel o la ropa). Otras mujeres se vuelven lentas para pensar, hablar o moverse. Les falta energía y para todo sienten que deben hacer un gran esfuerzo. Les resulta difícil concentrarse. La depresión puede ser tan fuerte que la lleve a pensar en la muerte, puede que elabore un plan para quitarse la vida e incluso que lo intente.
Sin embargo, en la depresión post parto aparecen algunos síntomas específicos que le diferencian de otras depresiones. Es común que se exacerba la tendencia al llanto descontrolado y la irritabilidad. También aparecen sentimientos de inseguridad, baja autoestima y de no ser capaz de cumplir con el rol materno. La madre puede sentir un miedo irracional a que su bebé no esté bien físicamente y sentir una gran ansiedad frente a la posibilidad de separarse de él, dejándolo al cuidado de otra persona. Algunas madres pueden oscilar entre el amor y el rechazo frente al bebé, o incluso sentir sólo rechazo. Esto moviliza sentimientos de culpa en la madre. También es frecuente que la madre se sienta sobrepasada al no lograr reorganizar la rutina diaria como quisiera o al sentir que ha perdido el control de su vida.
La depresión marca un antes y un después respecto a cómo era la persona. Por lo general, afecta distintos ámbitos de su vida, por ejemplo, su trabajo, sus relaciones familiares o de pareja, su vida social.
Cuando la enfermedad ha sido diagnosticada y tratada por un especialista, puede durar un mes y medio o dos hasta que los síntomas desaparezcan. Pero si no ocurre esto, los síntomas se vuelven más intensos y la enfermedad se prolonga.
Muchas veces estas enfermedades no se detectan porque los profesionales están más centrados en el niño que en la madre. Las madres, por su parte, no consultan por sentirse culpables, avergonzadas, por temor a defraudar a los demás o porque piensan que lo que les sucede es algo normal. Además muchas veces sus quejas son minimizadas o no son consideradas por sus seres queridos “si salieras a dar una vuelta te sentirías mejor”; o peor aún, a veces son directamente criticadas “deberías estar feliz de tener un hijo sanito”.
El diagnóstico temprano y el tratamiento apropiado, pueden ayudar a las personas a evitar el sufrimiento que esta enfermedad provoca, y a mejorar el vínculo madre-hijo.
¿Por qué es importante diagnosticar y tratar la depresión post parto oportunamente?
Se ha logrado comprobar que la depresión post parto trae consecuencias en los niños:
- Aumenta la ansiedad en ellos.
- Anomalías electroencefalográficas en el lóbulo frontal del niño.
- Aparecen problemas de conducta y deficiencias en el aprendizaje (se ha encontrado que el varón tiene mayor riesgo que las niñas de sufrir estos problemas).
La depresión post parto altera también toda la dinámica familiar y especialmente la relación de pareja.
El estado de ánimo deprimido, el llanto frecuente, la falta de entusiasmo, la incapacidad de sentir placer, la irritabilidad, el progresivo aislamiento social y la falta de deseo sexual; hacen que resulte muy difícil para la familia convivir con una persona con depresión.
Todo esto puede, con el tiempo, producir conflictos y rupturas familiares,complicaciones pueden evitarse con un tratamiento médico oportuno.
¿Cómo es el tratamiento de la depresión post parto?
El eje del tratamiento consiste en entregar información a la madre tranquilizándola respecto a lo que está viviendo, darle apoyo psicológico especializado y farmacoterapia o tratamiento a través de medicamentos.
La pregunta que todas las madres se hacen al momento de iniciar un tratamiento es si se puede mantener la lactancia materna y tomar antidepresivos: la respuesta es Sí.
Existen algunos fármacos antidepresivos que pueden indicarse durante la lactancia, ya que no se ha demostrado que produzcan consecuencias en el niño; a diferencia de la depresión, que, sin un tratamiento adecuado, sí ha demostrado tener consecuencias negativas en los niños.
Cada caso debe ser evaluado en forma individual por un médico psiquiatra que definirá la pertinencia del tratamiento farmacológico, el momento de inicio y el medicamento a utilizar.
Cetep entrega recomendaciones saludables
Conozca algunas medidas simples que le ayudarán a optimizar el resultado de su tratamiento
- Busque ayuda: lo más importante es consultar un médico psiquiatra, pero también es necesario hablar de sus sentimientos con personas cercanas (familiares y amigos), y buscar personas que la puedan ayudar en el cuidado del bebé o en las tareas del hogar.
- Sepa que es normal que se sienta sobrepasada: El nacimiento de un bebé conlleva muchos cambios y la maternidad es un desafío, la idea de tener que ser una “súper mamá” sólo contribuirá a aumentar su angustia.
- No se exija demás: durante los primeros meses de vida de un bebé es imposible cumplir a la perfección el rol de madre, esposa, dueña de casa, etc. Es importante que inicialmente se proponga llevar a cabo pocas cosas muy concretas, y sólo una vez que se sienta cómoda con esas tareas, poco a poco vaya agregando otras nuevas. Probablemente al principio pueda hacer una sola cosa en un día, habrá días en las que siquiera eso logre, debe saber que eso es normal y no debe ser causa de enojo consigo misma.
- Mantenga su tratamiento: luego de iniciado el tratamiento probablemente existirán muchos momentos en los que usted estará tentada de dejar de tomar sus fármacos. No lo haga, ya que si usted detiene su tratamiento existe una alta probabilidad de que tenga una recaída tarde o temprano.
- No utilice alcohol o drogas ilícitas: estos productos químicos pueden comprometer gravemente su salud al interactuar con el tratamiento que usted recibe. También es recomendable que disminuya el uso de cafeína y otros estimulantes suaves, ya que pueden producir un aumento de los síntomas de ansiedad.
¿Cómo pueden colaborar con el tratamiento la familia y los amigos?
Cuando una mujer cae en una depresión post-parto, la familia muchas veces quiere ayudarla, pero no encuentran la manera de hacerlo. Algunas claves importantes son:
- Pida ayuda profesional para evitar que la madre y su bebé sufran con esta enfermedad.
- Comprenda a su familiar. No es una «pataleta» o «maña», sino que se trata de una enfermedad. No es posible mejorarse con fuerza de voluntad. Las críticas generan en la persona enferma rabia, ansiedad y frustración.
- Asumir que la mujer necesita ayuda para hacerse cargo del recién nacido. No obligarla a cuidar a su hijo en los momentos en que no se sienta capaz.
- El apoyo de la pareja es fundamental: ser cariñoso, tener expresiones de afecto, colaborar en el cuidado de la guagua. Además, es importante que el papá hable con el resto de los hijos para explicarle que la mamá está más vulnerable (cuidando de no exagerar las cosas).
- Motivar al paciente a mantener el tratamiento, tanto los controles médicos como el tratamiento farmacológico y psicológico.
Por: Claudia Barrera Renault, médico psiquiatra y Gerente General de Cetep. En nuestro Centro de Atención Clínica encontrará a los mejores profesionales. Puede reservar o realizar consultas en los teléfonos 22784 0838 / 22784 0839 o al mail contacto@cetep.cl