Gran estrés genera el tener que terminar cuarto medio con una decisión relativamente clara sobre qué hacer luego del colegio. Claramente, no es nada fácil, menos aun cuando la Prueba de Selección Universitaria (PSU) se acerca y en vez de tener más claridad, las dudas persisten y se teme que la preparación no fue la adecuada. Esto hace que sea sumamente importante para los estudiantes, no solo en la preparación de exámenes, sino que también la toma de decisiones y las consecuencias que éstas traen para el futuro.
Es aquí cuando los padres juegan un rol principal, ya que es tarea de ellos encaminarlos en distintas alternativas vocacionales, tomando en cuenta en sus capacidades, realidades económicas y futuro profesional, lo que hará que estos jóvenes puedan tomar decisiones basadas en sus motivaciones, contrastadas con una posibilidad realista de alcanzarla.
Frente a dudas de los alumnos, los padres deben funcionar como un reflejo, sin intentar imponer puntos de vista o alternativas, menos cuando el estudiante ya ha logrado encaminarse, ya que es él quien debe asumir los riesgos (y también beneficios) de elegir una alternativa, incluyendo la posibilidad de fracasar en el camino.
Para hacer estas elecciones lo más sanas posibles, se recomienda que los alumnos y sus redes de apoyo, estén preparadas para enfrentar este momento, lo más tranquilos posible. Existe un gran número de herramientas disponibles, no solo para preparar técnica y académicamente la PSU (lo que es altamente útil al exponer al alumno a pruebas con características similares a la que tomará), si no que desde un punto de vista psicológico, herramientas para el manejo del estrés y toma de decisiones, controlando la ansiedad asociada a estos procesos.
Las herramientas más recomendadas, van desde la actividad física, terapias complementarias y soporte psicopedagógico e incluso psicológico, en caso de que el alumno esté manifestando además síntomas de estrés que interfieran con su rendimiento académico (como alteraciones en el ritmo de sueño, apetito, ánimo, etc.)
Para un alumno aprontándose a rendir la PSU, ¿cuál sería la rutina a recomendar?
1.– Los días previos se debieran programar actividades livianas de esparcimiento, idealmente al aire libre, junto a amigos o familia, los que debieran reforzarle tranquilidad ante los resultados.
2.- Como actividades de esparcimiento, también pueden considerarse, comer con la familia, escuchar música, etc.
3.- El día previo, lograr una buena hidratación y dormir temprano, para procurar un buen descanso.
4.– El día de la prueba, levantarse con antelación para ducharse y desayunar tranquilo. Éste debiera ser variado, pero evitando excesos. Si se desea, puede llevarse algún dulce para antes de la prueba, y evitar el café.
5.- Para el alumno poco preparado, el considerar dar de todas maneras la PSU puede ser una buena alternativa, ya que se expone al material con menor estrés, logrando tener un conocimiento del estilo de preguntas y forma de responder.
6.- Los padres deben mostrarse contenedores y flexibles frente a los resultados. En el caso de que los resultados no cumplan las expectativas del alumno, recordar que siempre se puede volver a rendir la prueba, previa revisión de los pasos que pudieran modificarse para lograr cambios positivos y volver a enfrentar el proceso de una manera más adaptativa y calma.
7.- Los padres siempre deben estar atentos a las necesidades de sus hijos y también a la forma en que están reaccionando frente a éstos estresores. En caso de necesitar apoyo, siempre es bueno anticiparse y buscar ayuda antes de que el problema le parezca sin solución al alumno.
Especial cuidado se debe tener, cuando el estudiante haya cambiado su forma de reaccionar, se aísle, esté irritable o con insomnio. En estos casos se recomienda ayuda profesional que apoye en el manejo de éstos síntomas.
Dra. Berta Muñoz López. Médico psiquiatra de adultos y Directora Médica de la Unidad de Atención Clínica de Cetep.