Los pensamientos desagradables, las preocupaciones cotidianas, las dudas y las supersticiones son comunes en la vida diaria. También resultan frecuentes los impulsos ocasionales a realizar actos que no siempre consideramos adecuados.
Estos pensamientos, preocupaciones e impulsos normales pueden aumentar en forma pasajera durante tiempos de mayor tensión.
Sin embargo, cuando estos impulsos o pensamientos persisten en el tiempo, se vuelven excesivos, no tienen ningún sentido, causan mucho malestar, o interfieren con el funcionamiento normal de la vida diaria, lo más probable es que se sufra de un Trastorno Obsesivo Compulsivo. Se trata de una enfermedad cuyos síntomas generalmente provocan pérdidas de tiempo significativas, deterioro del funcionamiento general del paciente y un malestar o sufrimiento importantes.
El Trastorno Obsesivo Compulsivo se presenta en alrededor de 2 a 3 de cada 100 personas. La edad promedio de aparición es más precoz en los hombres (entre los 6 y 15 años) que en las mujeres (entre los 20 y 29 años). Generalmente es una enfermedad que aparece en forma gradual y es de larga evolución, con fluctuaciones de los síntomas que pueden relacionarse con períodos de mayor estrés.
En la actualidad existen tratamientos psiquiátricos y psicológicos específicos que logran mejorías significativas en la mayoría de las personas portadoras de un Trastorno Obsesivo Compulsivo.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo?
El diagnóstico de este trastorno es clínico, esto quiere decir que debe ser realizado por un profesional experto, considerando el espectro total de síntomas y signos que presenta el paciente. Los criterios clínicos más frecuentemente usados para sospechar que existe un Trastorno Obsesivo Compulsivo se detallan a continuación (Adaptado del “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales” DSM IV):
La característica esencial de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes. Estos síntomas causan malestar, toman mucho tiempo (más de una hora al día), o interfieren significativamente con el trabajo de la persona, su vida social, o las relaciones interpersonales.
Obsesiones:
Los pensamientos obsesivos son ideas (por ejemplo ideas de tener permanentemente las manos contaminadas con gérmenes), imágenes (por ejemplo imágenes blasfemas) o impulsos (por ejemplo el impulso de dañar a alguien), que se presentan una y otra vez en la mente del individuo.
Estas ideas, imágenes o impulsos no son placenteros, por el contrario, suelen ser desagradables (por su contenido violento u obsceno, o simplemente porque son percibidos como carentes de sentido) y provocan siempre algún grado de ansiedad.
La persona no quiere tener estas ideas, imágenes o impulsos, las encuentra perturbadoras e intrusas y normalmente reconoce que no tienen sentido. La persona suele intentar resistirse a ellos, pero sin éxito, no logra controlarlos.Estas ideas, imágenes o impulsos son sin embargo, percibidos como pensamientos propios, a pesar de ser involuntarios y a menudo repulsivos.
Obsesiones más comunes
• Temor a la contaminación por gérmenes, suciedad, etc.,
• Imaginar que se ha dañado a uno mismo o a otros
• Imaginar que no se podrá controlar los impulsos agresivos
• Pensamientos o impulsos sexuales intrusos
• Dudas morales o religiosas excesivas
• Pensamientos prohibidos
• Necesidad excesiva de contar, preguntar, confesar
Compulsiones:
Los actos o rituales compulsivos son conductas que se repiten una y otra vez. Estos actos no son placenteros, ni aparecen como actividades útiles. A menudo estos actos siguen ciertas “reglas” inalterables (por ejemplo ordenar la ropa al desvestirse siempre de la misma forma).
Para el enfermo generalmente tienen la función de prevenir que tenga lugar algún hecho indeseable. Suele tratarse de rituales que se realizan para evitar que uno reciba algún daño o para evitar provocarle daño a otros. En otras ocasiones se llevan a cabo para obtener alivio de la ansiedad causada por las obsesiones (por ejemplo lavarse las manos repetidamente cuando hay obsesiones de contaminación).
A menudo, aunque no siempre, este comportamiento es reconocido por el enfermo como carente de sentido o de eficacia; y generalmente se acompaña de algún grado de ansiedad. El paciente normalmente hace reiterados intentos para resistirse a realizar el comportamiento, sin embargo en los casos de largos años de evolución de la enfermedad, la resistencia puede haber quedado reducida a un nivel mínimo.
La mayoría de los actos compulsivos se relacionan con la limpieza (en particular el lavado de las manos), con comprobaciones repetidas para asegurarse que se ha evitado una situación potencialmente peligrosa, o con la pulcritud y el orden. Los rituales compulsivos pueden ocupar muchas horas de cada día y suelen acompañarse a veces de una marcada incapacidad de decisión y de un enlentecimiento y disminución de la eficacia del funcionamiento general de la persona.
Compulsiones más comunes
• Lavar/lavarse
• Repetir (actos o palabras)
• Verificar
• Tocar
• Contar
• Ordenar/arreglar
• Acumular
• Orar
Para un diagnóstico definitivo de Trastorno Obsesivo Compulsivo deben estar presentes síntomas obsesivos, actos compulsivos o ambos; y deben ser una fuente importante de angustia o de incapacidad para el paciente durante la mayor parte del tiempo. Sin embargo, no es necesario presentar absolutamente todos los síntomas descritos para hacer el diagnóstico, éste debe ser realizado por un profesional especializado considerando variables de intensidad y compromiso funcional, entre otras.
Todos estos síntomas y sus consecuentes restricciones en el desarrollo social, laboral, académico y familiar de la persona pueden manejados con un tratamiento oportuno y adecuado.
¿Cuál es el origen del trastorno obsesivo compulsivo?
Existen algunas vías de comunicación entre las neuronas de nuestro cerebro que estarían funcionando en forma anormal en este trastorno, éstas ya se han identificado a grandes rasgos.
Los estudios han demostrado que existiría un factor genético importante en la génesis de esta enfermedad. Hasta el 20% de los parientes directos de los pacientes también presentarían síntomas de este trastorno. Es importante recalcar que existe un sustrato biológico para esta enfermedad y que los pacientes no son culpables de sus síntomas, éstos no son voluntarios, ni son el resultado de una personalidad «débil» o inestable.
¿Por qué es importante diagnosticar y tratar el trastorno obsesivo compulsivo oportunamente?
En promedio, los pacientes con un Trastorno Obsesivo Compulsivo ven a tres a cuatro doctores y pasan varios años buscando un tratamiento adecuado antes de recibir un diagnóstico correcto. El TOC tiende a ser subdiagnosticado y subtratado por varias razones: las personas pueden estar calladas sobre sus síntomas porque les da miedo o vergüenza confesarlos, porque minimizan su importancia o porque han vivido tanto tiempo con ellos que se han acostumbrado a sobrellevarlos.
Por otra parte, muchos médicos no psiquiatras, no están familiarizados con los síntomas o no están especializados para proporcionar los tratamientos apropiados.El diagnóstico temprano y el tratamiento apropiado, pueden ayudar a las personas a evitar el sufrimiento que esta enfermedad provoca, así como a disminuir el tiempo perdido por los síntomas y el deterioro general del funcionamiento.
El tratamiento oportuno disminuye además el riesgo de otras complicaciones:
• Problemas familiares y de pareja: la realización de actos compulsivos puede convertirse en una de las principales actividades diarias del individuo, con el consiguiente deterioro de la relación con sus seres queridos.
• Fracaso laboral o escolar: el paciente puede perder horas de trabajo o estudio realizando actos compulsivos o enfrascado en pensamientos obsesivos.
• Síntomas depresivos: suelen asociarse a este trastorno y deteriorar aún más el funcionamiento personal.
• El abuso de alcohol, drogas y fármacos sedantes: algunos pacientes se acostumbran a utilizarlos para disminuir el malestar y la ansiedad asociados a los síntomas.
• Aparición de conductas de evitación: las personas con pensamientos obsesivos pueden evitar progresivamente las situaciones que les provocan angustia (por ejemplo, si existen obsesiones de contaminación se evitará dar la mano o acudir a lugares cerrados con mucha gente), con el consiguiente deterioro del funcionamiento social y general.
¿Cómo es el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo?
El Trastorno Obsesivo Compulsivo es una enfermedad que tiende a reaparecer a lo largo del tiempo, por esta razón el tratamiento suele ser de largo plazo. Regularmente el manejo del Trastorno Obsesivo Compulsivo debe integrar el tratamiento farmacológico, la psicoterapia y la educación para el paciente y sus cercanos (psicoeducación).
Tratamiento farmacológico
Se prescribe en general para todos los pacientes.
• Antidepresivos: los medicamentos que han mostrado ser efectivos en este trastorno son los antidepresivos, específicamente los tricíclicos (como el anafranil) y los inhibidores de la recaptura de serotonina (como la fluoxetina y la fluvoxamina).
• Medicamentos adicionales: pueden utilizarse medicamentos adicionales en algunos pacientes, por ejemplo ansiolíticos para manejar la ansiedad asociada a los síntomas del trastorno.
Psicoterapia
La Psicoterapia Cognitivo Conductual ha demostrado su eficacia en el control de los síntomas de esta enfermedad y en la prevención de recurrencias; es el tratamiento psicoterapéutico de elección para los pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Psicoeducación
Conozca algunas medidas simples que le ayudarán a optimizar el resultado de su tratamiento
• Procure conocer su enfermedad: ya que el Trastorno Obsesivo Compulsivo frecuentemente es una enfermedad de larga evolución, es esencial que usted aprenda sobre ella. De esta forma podrá colaborar mejor con el éxito del tratamiento.
• Mantenga su tratamiento: probablemente existirán muchos momentos en los que usted estará tentado de dejar de tomar sus fármacos (porque se siente bien, porque cree que será capaz de manejar los síntomas “con fuerza de voluntad”, o porque se siente molesto con los efectos secundarios). Si usted detiene su tratamiento, con el tiempo probablemente tendrá una recaída.
Precauciones: las únicas veces que usted debe considerar seriamente la posibilidad de suspender su tratamiento, será cuando desee quedar embarazada o cuando tenga un problema médico que pueda provocar que los fármacos resulten riesgosos. Consulte a su médico si debe consumir fármacos por otras patologías, ya que pueden existir interacciones con su tratamiento.
• Aprenda a manejar el estrés: recuerde que circunstancias que normalmente desequilibrarían emocionalmente a cualquiera, en usted pueden provocar además una reactivación de la sintomatología obsesivo compulsiva.
La psicoterapia es aquí fundamental, no sólo para identificar posibles factores estresantes, sino para reducirlos en la medida de lo posible; asimismo potencia sus habilidades para afrontar estos acontecimientos y para manejar la ansiedad.
• Aprenda a detectar precozmente las descompensaciones de su enfermedad: una vez resuelto el episodio agudo es importante que reporte siempre en forma inmediata los pequeños aumentos de sintomatología obsesiva o compulsiva a su doctor. Los posibles ajustes del tratamiento, si son oportunos, pueden evitar una recaída.
• No utilice alcohol o drogas ilícitas: estas sustancias pueden comprometer gravemente su salud al interactuar con su tratamiento farmacológico.
• Procure que su familia esté informada: generalmente no resulta fácil vivir con alguien que tiene síntomas obsesivo-compulsivos importantes. Si su familia y amigos se informan acerca de su enfermedad comprenderán su comportamiento y podrán apoyarlo de mejor manera. A veces, cuando el cuadro es muy grave o lleva mucho tiempo sin tratamiento puede ser necesaria una terapia familiar
¿Cómo pueden colaborar con el tratamiento la familia y los amigos?
• Infórmese acerca de la enfermedad del paciente: sobre sus causas, síntomas y tratamiento; así comprenderá mejor sus quejas y conductas y podrá apoyarlo de forma más adecuada.
• Motive al paciente a mantener el tratamiento, tanto los controles médicos como el tratamiento farmacológico y psicológico; especialmente en la Psicoterapia Cognitivo Conductual, facilite la realización de las tareas indicadas regularmente al paciente.
• Aprenda a reconocer los signos iniciales de una recaída de forma de procurar una visita precoz al médico y una modificación del tratamiento oportuna, evitando así una recaída total y todo lo que ésta conllevaría (alteraciones conductuales, ausentismo laboral, sufrimiento del paciente y seres queridos, etc.).
• Sea empático: intente ser tan cariñoso y paciente como sea posible, ya que ésta es la mejor manera de ayudar a su ser querido. Pedir a alguien que simplemente “detenga sus conductas compulsivas con fuerza de voluntad”, no ayuda; y sólo produce rabia, ansiedad y frustración en la persona, ya no puede lograrlo porque se trata de una enfermedad, no de una conducta voluntaria.
En cambio, hay que alabar cualquier esfuerzo exitoso de progreso en el tratamiento.}
Autores: Dra. Claudia Barrera Renault y Dr.Jorge Ochoa Muñoz
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