Un Informe sobre Derechos Humanos en Chile realizado por la Universidad Diego Portales en 2013 presentó una investigación inédita sobre las políticas de salud mental en Chile, y analizó si ellas satisfacen los estándares internacionales de derechos humanos.
En este sentido, el informe concluye que la Salud Mental “puede ser estimada de segunda categoría en el sistema de salud chileno”, si se consideran varios factores como la falta de financiamiento, su escasa representación en las garantías explícitas en salud, y los datos sobre discriminación territorial de acceso y falta de atención especializada a grupos vulnerables, especialmente la infancia.
Actualmente, la cobertura de la salud mental es muy baja en Chile. Si bien ha habido avances durante los últimos años, como incluir la depresión en mayores de 15 años, el primer episodio de esquizofrenia o bipolaridad en el sistema GES, la gran mayoría de los problemas de salud mental no están cubiertas.
Por ello, el informe recomienda primero que haya transparencia en esta materia a fin de poder evaluar cómo el Estado está cumpliendo sus obligaciones, y terminar con la discriminación territorial que hoy existe de las prestaciones de salud mental y la falta de consideración de grupos vulnerables.
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