A pesar de la creciente preocupación por las desigualdades de género, una de sus más graves manifestaciones, la violencia intrafamiliar (VIF) -o violencia doméstica-, se presenta aún con alta frecuencia. Estudios internacionales han mostrado que su prevalencia puede llegar al 70%. Ya sea de forma psicológica, física o sexual, la VIF se ha asociado a una mayores gastos en salud y a una mayor prevalencia de diversas patologías de Salud Mental, tales como trastornos de ansiedad, trastornos por abuso de sustancias y trastornos anímicos.
Literatura internacional sugiere que los factores de riesgo para la presencia de VIF son múltiples, e incluyen un bajo nivel socio-económico (NSE), la baja escolaridad de los integrantes de la familia, la situación de embarazo de la víctima, entre otros. Como factores protectores se han descrito tener empleo, el apoyo familiar y social y encontrarse casado.
En Chile, estudios realizados en las últimas décadas sugieren que la VIF es un fenómeno frecuente, con prevalencias de vida descritas entre un 35-80% dependiendo de la población analizada y la metodología utilizada A modo ilustrativo, datos presentados por el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), muestran que durante el año 2012 ocurrieron 34 femicidios, lo que a pesar de ser una cifra en disminución es aun preocupante. A pesar de que una serie de estudios sugieren que la VIF presenta una alta frecuencia en la población general de nuestro país, el conocimiento que poseemos de las particularidades de la relación entre de la VIF y la salud en Chile es limitado.
En Chile, la violencia psicológica mostró ser la más frecuente, existiendo asociación entre VIF, bajo NSE y la baja escolaridad de ambos cónyuges. En relación al impacto de la VIF y la salud general, los estudios coinciden en mostrar que la VIF se asocia a un detrimento de distintos parámetros de salud. En efecto, los resultados indican que las mujeres víctimas de VIF poseen una mayor utilización de servicios de salud y una menor percepción de su estado de salud. Además, al menos dos estudios confirman el negativo impacto de la VIF durante el puerperio y en la salud neonatal.
Respecto a la Salud Mental, la mayoría de los estudios revisados muestran que la VIF se asocia a peores índices de salud, ya sea a nivel de síntomas ansioso-depresivos, de síntomas de estrés post traumático o de ideación suicida.
Es destacable que en Chile, todos los estudios incluidos incluyeron como población de estudio a mujeres, de modo que no existe información a nivel nacional en relación al impacto de la VIF en la salud masculina. Si bien la VIF contra el hombre tiene una prevalencia menor, no es inexistente y probablemente se comporte de forma distinta a la VIF contra la mujer.
Autor: Dr. Tomás León. Médico Psiquiatra Adultos, Pontificia Universidad Católica de Chile. En nuestro Centro de Atención Clínica encontrará a los mejores profesionales. Puede reservar o realizar consultas en los teléfonos 22784 0838 / 22784 0839 o al mail contacto@cetep.cl