Uno de los estudios más grandes a la fecha que han examinado los efectos del bullying escolar en la Salud Mental detectó que de entre adolescentes que a los 13 años fueron victimizados por sus pares en forma frecuente, casi el 15% tenía depresión a los 18 años, en comparación con el 5,5% de quienes nunca enfrentaron este problema.
El estudio, publicado en la revista British Medical Journal, abarcó a casi 3.900 jóvenes ingleses. Todos ellos respondieron a los 13 años una encuesta donde reportaban si estaban sufriendo alguna forma de bullying , incluyendo recibir violencia física, amenazas o exclusión, o ser víctimas de falsos rumores, mentiras, apodos desagradables o la sustracción de sus pertenencias.
Cinco años más tarde debieron responder un test para detectar depresión clínica.
Tras aislar algunos factores, «observamos que los chicos que reportaban haber sufrido bullying en forma frecuente (al menos una vez por semana) tenían el doble de posibilidades de tener depresión a los 18 años», dijo Lucy Bowes, psicóloga de la U. de Oxford y líder del estudio.
La profesional agregó que si bien los datos recogidos no permiten decir que el bullying es la causa de la depresión, estima que el 29% de los casos de depresión en la juventud podrían atribuirse a la victimización sufrida en la adolescencia.
«Si trasladamos este estudio a Chile encontraríamos algo similar», dice la doctora Vania Martínez, psiquiatra infantil y del adolescente y académica de la Universidad de Chile. Señala que un estudio aún inédito del que es coautora detectó que en una muestra de 7.737 escolares de 10 a 18 años, el 14,7% que dijo ser víctima de bullying reportó una calidad de vida 2,6 veces inferior a la de quienes no estaban afectados.
«La depresión y el bullying tienen factores de riesgo comunes, como la dificultad para recurrir a la red de apoyo o para resolver conflictos o problemas interpersonales. Es importante detectar a tiempo estas señales para prevenir riesgos más graves, incluyendo el suicidio adolescente», advierte.
De hecho, los investigadores británicos destacan que el bullying es uno de los principales factores de riesgo de depresión que se pueden modificar.
En este sentido, «lo ideal es que los colegios comiencen a hacer prevención desde la edad preescolar, fomentando habilidades socioemocionales en los niños, y que implementen estrategias de intervención que involucren a toda la comunidad escolar en la detección de posibles casos de bullying «, destaca Javiera Astudillo, psicóloga de la Universidad del Desarrollo e investigadora del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (Midap).
Agrega que «es importante que si los papás detectan que su hijo sufre bullying acudan en primer lugar al colegio a pedir ayuda. Desde 2011, la Ley de Violencia Escolar exige que estos tengan un encargado o un comité de convivencia para prevenir e intervenir en estos casos».
Fuente: El Mercurio