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El peligro detrás de las pantallas

Experiencia

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió sus recomendaciones sobre el uso de pantallas en la primera infancia, según las que los niños de menos de un año no deben ser expuestos a ningún tipo de dispositivo electrónico. Y los niños de dos a cuatro años tampoco deberían tener más de una hora por día de lo que llaman «tiempo de pantalla sedentario», concepto que incluye juegos de computadora o televisión.

En ete contexto, el psicólogo de Centro Médico Cetep, Ignacio Yáñez, explica por qué el uso de pantallas debe verse con precaución en el caso de los niños y su desarrollo.

«El excesivo uso de videojuegos o pantallas desde la más temprana infancia afecta de forma global al desarrollo de los niños. Se transforma en un recurso fácil que alivia a los adultos -porque calma a los niños en su inquietud- y a los niños que directamente consumen los videos, pero con el costo de generar una progresiva dependencia a este recurso. El reconocimiento por parte de la OMS de que el uso excesivo de estos dispositivos puede llegar a constituirse en una adicción, constituyendo así una enfermedad mental, nos habla de que estos productos tienen la capacidad -al igual que todas las adicciones- de reducir la vida de los sujetos, mermando significativa y progresivamente: su desarrollo social, intelectual, afectivo», advierte el psicólogo infanto-juvenil de Cetep.

Esta relación no saludable que los niños establecen con la pantalla se ha transformado en algo habitual en las consultas de salud mental, explica el especialista. En este contexto, Yáñez destaca que este anuncio por parte de la Organización Mundial de la Salud responde a una realidad innegable.

«El llamado de la OMS en torno a las pantallas, reconoce una realidad a la que los psicólogos -en especial los que trabajamos con niños y jóvenes- hemos estado expuestos en nuestros consultorios hace años, y me atrevo a sugerir que de forma creciente. Esperemos que la existencia de un diagnóstico establecido por la OMS contribuya a problematizar las prácticas de consumo de tiempo en pantallas y videojuegos entre todos, y pensar dos veces antes de pasar el celular al niño para que lo vea mientras come, para que se quede dormido, para que deje de llorar; y considerar reglas definidas para la edad en que un niño tenga un celular, una consola de videojuego o un televisor en su pieza», subraya Yáñez.