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Chile cambió: Ahora cambiemos nosotros

Experiencia

Dra. Claudia Barrera Renault
Médico Psiquiatra y Gerenta General Grupo Cetep

Han transcurrido tres meses desde el estallido social de octubre y no cabe ninguna duda que Chile cambió, en escenarios tan diversos como partidos de football, playas, incluso en el Congreso Futuro y Festival de Olmué, las personas expresan a viva voz su voluntad de avanzar hacia reformas estructurales que permitan alcanzar un país con mayor equidad y dignidad.

Este ímpetu de expresión también ha ocupado nuestras plazas con cabildos y grupos de reflexión, y ha llenado nuestras calles de manifestaciones artísticas y culturales como murales, “cuecazos”, conciertos y performances. Este estallido de expresividad ¿Será el momento perfecto para reconocernos en nuestros aspectos menos luminosos y conversar de Salud Mental?

Hasta hace unos meses la cultura en extremo exitista e individualista de nuestro país castigaba la diferencia, y resultaba entonces casi impensable hablar de “debilidades” tales como los problemas de Salud Mental -que todos presentaremos en algún momento de nuestra vida- en una reunión de amigos. Cuando alguien tocaba el tema incluso muy remotamente, lanzábamos una talla rápidamente y lo avergonzábamos, para que callara inmediatamente; porque nos inquieta, nos incomoda y nos da vergüenza.

En nuestro país la Salud Mental sigue siendo un tópico tabú que ni siquiera se conversa en la seguridad del hogar, y este silencio generalizado ha sido cómplice del fin autoprovocado de muchas vidas. Desgraciadamente estos mismos sesgos culturales han desincentivado también el desarrollo de hábitos de cuidado de la Salud Mental.

Así las cosas, las pésimas cifras de problemas y enfermedades de Salud Mental en nuestro país no resultan sorprendentes: la última Encuesta Nacional de Salud, de 2017 refiere que un 15,8% de los chilenos tendría síntomas depresivos, y más recientemente la encuesta Cadem (“El Chile que Viene” Salud 2019) indica que siete de cada diez chilenos declaran tener o haber sufrido problemas o enfermedades de Salud Mental.

¿Será este escenario de cambio actitud de nuestra sociedad, cuando ya no queremos seguir viviendo una cultura individualista y centrada en el éxito a toda costa, el mejor momento para que la Salud Mental florezca y le otorguemos la importancia y los espacios que merece? Cuando nos reconocemos finalmente como un país desigual e injusto, que no protege a sus abuelos, ni a sus niños abandonados, ¿Será el momento de confesar que tampoco cuidamos de nuestra Salud Mental?

Darnos la oportunidad de reconocernos como seres que poseen Salud Mental, y preocuparnos de ella, depende de cada uno de nosotros. Pongamos entonces el tema sobre la mesa en nuestras casas, nuestros trabajos y con nuestros amigos. Porque conversar de Salud Mental puede salvar vidas ¡Vale la pena hacerlo!

Crédito imagen: Publimetro