Si bien existen muchos períodos durante el año en los cuales nos vemos expuestos a estímulos estresantes, uno de los momentos en los que confluyen hitos importantes es en diciembre, fecha en la que no solo nos encontramos con las compras y preparativos de las fiestas de fin de año, sino que también con el término del año laboral y escolar, y de la mano de esto, evaluaciones académicas y planificaciones laborales para el año que viene.
El estrés en sí mismo no es un fenómeno negativo. Una cantidad regulable resulta, incluso, necesaria para activarnos y motivarnos a encarar determinadas situaciones, o movilizarnos hacia el logro de ciertas metas u objetivos.
Así, para sobrevivir, necesitamos adaptarnos al estrés. Pero, muchas veces, un estímulo excesivo sobrepasa nuestra capacidad de adaptación y, como consecuencia, nuestra salud y calidad de vida pueden verse afectadas. Si bien, no podemos evitar que estos hechos se produzcan, si podemos ir manejando nuestras reacciones ante ellos y así poder controlar de mejor manera nuestro comportamiento y reducir el riesgo del estrés al cual nos exponemos
Por lo tanto, nace la pregunta: ¿cómo enfrentamos de buena manera el estrés de fin de año?
Regalos, fiestas, compartir con familiares, colegas, amigos y más. Y para muchas personas todo esto conlleva a gastar demasiado dinero y abrumarse con un gran estrés financiero. En relación a esto, lo primero que se debe hacer es evitar un sobreendeudamiento, establecer un presupuesto realista y ceñirse a él. A continuación, algunos datos para manejar los gastos en regalos y celebraciones:
- Definir un presupuesto: veamos cuánto dinero se destinó el año anterior a gastos de esta época ¿En cuáles áreas gastó más de lo que había planificado? Seguidamente, haga una lista de las compras y eventos en que planea gastar dinero este año durante la Navidad y fin de año.
- Sea creativo: los regalos que compramos en las tiendas pueden ser estupendos, pero los que elaboramos nosotros en tienen aún más significado, y la mayoría de las personas que los reciben agradecen y valoran el tiempo dedicado.
- Cuidado con el consumismo. El espíritu comercial de esta época crea necesidades injustificadas y excesivas. Se incentiva el gasto en adornos navideños, accesorios, ropa, aparatos electrónicos y tecnológicos que quizás no sean de primera necesidad.
- Elija la mejor opción: Compare precios antes de comprar y aproveche las promociones de fin de año. No olvide que en una economía de mercado siempre es posible encontrar otras alternativas de menor costo.
¿Manejar el estrés?
Es importante entender que siempre estaremos expuestos a períodos cargados de cierta tensión y que lo importante es aprender a manejarlos y que de eso, quede una experiencia positiva. Algunos tips para manejar estas situaciones son:
Para los más pequeños:
- Escucha y acoge las presiones a las que están sometidos los niños. Mostrarle como los adultos vamos manejando las situaciones puede ayudarlos a elaborar sus propias herramientas.
- Es necesario que los niños entiendan que lo que va ocurriendo a fin de año es resultado del progreso del mismo. Los padres deben exigir, pero también ser conscientes de los ritmos propios de cada niño y establecer límites a estas exigencias.
Para los jóvenes:
- Tranquilizar a los jóvenes, de manera que si se sientes sobrepasados en el tiempo, puedan organizarse en lo que les queda, para que logren estructurar sus horarios.
- Si sienten que aún tienen áreas en las que no han estudiado mucho, puede ser útil el repaso, pero siempre a la medida de cada uno, estudiando en horarios definidos dentro del día.
- Ayúdalos a respetar los horarios de sueño y no estudiar en horas cercanas a este.
Para los adultos:
- Aprender a delegar, y jerarquizar que tareas son las más importantes a realizar.
- Mantenerse fiel a los calendarios y meta propuesta.
- Mantener espacios de descansos en el trabajo.
- Llevar una dieta balanceada, cuidar la hidratación y actividad física.
- Eliminar de la dieta cantidades excesivas de café, mate y te, ya que contienen sustancias que estimulan el sistema nervioso central y pueden alterar los ritmos sueño-vigilia. Deben también reducirse el alcohol y el tabaco.
- Mantener espacios de esparcimiento con la propia familia, lo que finalmente, reduce el estrés de todo el grupo familiar.
En caso de que las medidas generales de manejo no sean suficientes para controlar los síntomas, se sugiere la evaluación por un especialista para lograr enfrentar de mejor manera la situación.