Actualmente, la sociedad ha avanzado en muchos aspectos como la economía, la ciencia o la medicina, entre otras áreas, por lo que podríamos decir que la humanidad ha mejorado cada vez más su paso de vivir en esta tierra. Pero a veces el ser humano se olvida de aspectos tan importantes como lo son esos aspectos intangibles que no podemos medir, pero que marcan considerablemente la vida de un otro.
Se ha tenido que pelear por muchos años en contra de la estigmatización de personas con alguna patología de Salud Mental proveniente desde la sociedad. Si bien se ha podido mejorar en el último tiempo a través de políticas publicas que avalan la inclusión y un trabajo de informar y concientizar a la población, en nuestro país queda mucho camino aun por recorrer para lograr la aceptación y la empatía en todas las personas.
El estigma se puede definir según estudios como un «atributo profundamente desacreditador», es decir una característica que ocasiona en quien la posee un amplio descrédito o desvalorización, ya que dicha característica se relaciona en la conciencia social, con un estereotipo negativo. Y ese negativismo, ese rechazo, esa desvalorización es a la que se ven enfrentados estos pacientes.
La estigmatización no es un problema actual, es una pelea en contra de siglos de incomprensión, en donde se prefería alejar a la persona y no enfrentar la problemática. Al menos la creación de dispositivos de Salud Mental en la comunidad ha ayudado a crear espacios de inclusión en donde los ciudadanos han aprendido a que todos somos iguales. Pero aún queda camino por recorrer, enmendar creencias antiguas y llenar espacios de desinformación frente a patologías de Salud Mental. Es un trabajo largo, y un trabajo que nos compete a todos. Es por esto que incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades de peso a nivel mundial han puesto el trabajo contra la estigmatización como un eje importante dentro de su labor que establece la importancia de una mejor conciencia dentro de la sociedad frente a las enfermedades de salud mental, su tratamiento, y el fomento de la inclusión dentro de la comunidad.
Es necesario que analicemos el tema y nos preguntemos por la visión que poseemos y nuestras actitudes con quienes padecen y sufren el estigma. Tenemos múltiples barreras y aspectos culturales que superar, mucho trabajo por hacer y también hay mucho que ganar. No hagamos de Chile una sociedad discriminadora. Seamos un país de oportunidades para todos.