Menú Mobile

Lactancia materna

Problemas Comunes Durante La Lactancia Materna

Experiencia

La Organización Mundial de la Salud promueve activamente la lactancia materna como la mejor forma de nutrición para los niños pequeños. Los beneficios asociados a esta práctica son innumerables, pero es importante apoyar a las madres para que tengan una lactancia segura, tranquila y sin miedos.
Conversamos con Paulina Campos, enfermera, asesora de lactancia y fundadora de Bendita Lactancia (@Blactancia), para dar respuesta a los principales problemas que expresan muchas mamás durante este periodo.

1-Mi leche no es suficiente ni de buena calidad

En general, los problemas de la lactancia no se relacionan con la leche materna, ya que en cuanto a calidad siempre será óptima. Cuando la mamá ve que el niño no sube de peso, tiene congestionado un pecho o tiene grietas no debe atribuir estos problemas a su leche.

Como primera cosa debemos decir que la leche materna se absorbe de manera muy rápida. Entonces podemos ver que el niño en poco tiempo está pidiendo más, porque a los 40 minutos su estómago está vacío. Si comparamos esto con la leche de fórmula, que se absorbe más lento, creemos que nuestro hijo queda con hambre y no es así. Es absolutamente normal que un recién nacido, sobre todo en las primeras semanas de vida, pida leche cada 40 minutos aproximadamente.

Para derribar este temor podemos fijarnos en los signos de satisfacción del bebé. Uno de ellos es observar su cuerpo. Los bebés parten tomando el pecho con su cuerpo muy contraído, incluso a veces hay que sacar sus manitos agarradas firmes al pecho de la madre. A medida que avanzan en la toma se van estirado y relajando todo su cuerpo, volviéndose completamente plácidos. Otro signo que debemos observar es la cantidad de pañales que ensucia. Uno debiera cambiar entre 6 a 8 pañales mojados, siendo un indicador de que se está alimentando bien.

Es importante que las mamás comprendan que los bebés no lloran solo por hambre. A veces lloran solo por separarse de ellas. Entonces, no debemos asociar todo lo que pasa con el bebé con hambre.

2-Mi bebé no logra acoplarse al pecho

Para lograr un buen acople existen técnicas que pueden ayudar. Lo primero que debemos saber es que el bebé no debe ponerse de espalda sobre nuestros brazos (similar a como las niñas dan mamadera a sus muñecas), ya que en esa posición el cuerpo de la madre queda tensionado mientras el pecho está a un costado y el bebé mira hacia arriba. Por lo tanto, termina tomando leche con la cabeza vuelta hacia un costado, no logra profundidad, retrocede hacia el pezón y el pecho empieza a doler o agrietarse. En esa posición el bebé no saca la leche que necesita.

¿Qué es lo correcto? El bebé debe estar alineado con el pecho, guatita con guatita y completamente lateralizado en relación con la madre. El pezón debe estar frente a su nariz y no frente a su boca, lo cual es un error muy común para el tema del acople. Cuando uno pone el pezón frente a la boca el bebé entra de manera recta, pero la anatomía de su boca es diferente al nacer (el paladar no tiene tanta hendidura, es más plano). Entonces, si la mama entra recta va a rozar con algunas zonas de la boca del bebé. Por eso se debe ubicar el pezón frente a la nariz, para que el niño hiperextienda un poquito la cabeza y el pezón entre de manera diagonal hacia el paladar blando, que es la zona confortable. De ese modo, él succiona con su lengua de buena forma.

3-El bebé no alcanza toda la aréola

Muchas mamás creen que el bebé debe introducir en su boca toda la aréola, pero no necesariamente es así. Hay mamás que tienen una aréola muy grande y el bebé tiene una boca muy pequeña, por lo tanto, es imposible que pueda abarcarla completamente. Lo correcto es agarrar una gran porción de aréola, pero no toda.

4-No me siento cómoda en la posición que doy pecho

La posición para dar pecho va a depender un poco del tipo de parto, ya que no es lo mismo si se ha tenido un parto normal o una cesárea. En este último caso es imposible dar pecho acostada, ya que ofrece mucho dolor para la madre. Lo correcto aquí es amamantar sentada. Las mamás con parto normal tienen un poquito más de libertad en cuanto a posiciones, porque la recuperación misma es mucho más rápida.

Cabe destacar que la posición influye mucho en una buena lactancia, ya que si la mamá está incómoda el bebé lo va a notar y se va a desacoplar. ¿Por qué? Porque ella se moverá, estará inquieta, empezará a acomodarse o tratar de cambiar de posición en plena toma.

5-Tengo grietas en el pecho

A más de un 60% de las madres les aparecen grietas en el pecho. Pero, en general, es causa de una mala técnica de acople o porque nuestra mama está muy distendida. Una mama demasiado llena de leche no favorece el acople, ya que hace que el pezón casi desaparezca. Y la boca pequeña del bebé trata de agarrar con dificultad. Al dar de mamar debo fijarme en el tamaño de mi pecho. Si lo vemos muy tenso y lleno de leche debo realizar una extracción para que quede más blando. Si no tenemos tiempo porque el bebé llora, debemos tirar la aréola hacia atrás y luego hacia adelante, varias veces. Eso hace que la leche que está a punto de salir de los conductos retroceda un poco y se ablande la zona del acople.

Si las grietas ya han aparecido, el exponer esta zona a la luz solar puede ayudar a la cicatrización. Ahora bien, si el niño tiene un frenillo corto, aunque la madre mejore su técnica habrá riesgo de grietas. En este caso se debe consultar al médico, matrona o asesora de lactancia para buscar una solución.

6-Mi hijo se pone muy inquieto al mamar

Los bebés son inquietos por naturaleza, y que se muevan es esperable y normal. Ahora bien, si yo tengo un bebé irritable al mamar esto sí puede indicar algo. Puede que el acople no sea correcto y efectivamente no esté sacando leche. Y como tiene hambre, se suelta del pecho de forma inquieta. También puede ser un bebé que esté comenzando una alergia alimentaria y le incomoda esta leche. O puede ser un bebé con una mamá hiperproductora de leche en donde el chorro inicial lo atora. Otra razón de inquietud al pecho es el calor, sobre todo cuando la mamá sobreabriga al bebé y casi no se puede mover.

7-Mientras doy lactancia debo atender a mi otro hijo pequeño

Es una situación bien difícil porque a los 2 años, por ejemplo, un niño puede ser muy demandante. Un consejo para las mamás es que traten de integrar a su otro hijo en el proceso de lactancia. Hay algunas que realizan lactancia en tándem, donde alimentan a ambos niños. Otra idea es distraer al pequeño, por ejemplo, con algún juego que pueda desarrollarse al mismo tiempo que ella amamanta. También puede ofrecerle una mamadera mientras su hermano chico toma pecho, explicándole que es la hora de alimentación de ambos.

8-Mi bebé solo quiere tomar de un pecho y no del otro

Esta es una situación que le ocurre a muchas mamás por la sencilla razón de que somos personas asimétricas. Lo cierto es que no tenemos la misma cantidad de lóbulos glandulares en las dos mamas. Tampoco tenemos la misma cantidad de conductos por donde sale la leche. Y por eso los bebés llegan a tener un pecho favorito. No hay ningún inconveniente en ello. Es un mito tener que darles sí o sí de ambos pechos.

9-Mi hijo devuelve la leche

Los bebés tienen un reflujo fisiológico normal hasta el año de vida. Esto va disminuyendo a medida que se acerca a los 6 meses, pero tiene su peak entre los 4 y 5 meses. Si el bebé aumenta de peso normalmente o sigue pidiendo leche pese a la devolución, no hay que asustarse. Si se mantiene o baja de peso hay que consultar con el médico.

Fuente: Sonríe Mamá