Dirigir a los pacientes sobre el autocuidado y prescribir tratamientos son dos formas comunes en que los médicos generales tratan activamente a los pacientes. Por ejemplo, podría aconsejarle a un paciente que sufre de dolor de espalda que use una fuente de calor en la zona adolorida durante un tiempo determinado cada día, también puede recetarle un simple analgésico para ayudar con el alivio.
En caso de que los pacientes que enfrenten problemas de salud crónicos o continuos, el médico general ayuda a administrar la atención continua. Algunos pacientes necesitan chequeos regulares para que el médico pueda controlar sus condiciones para ver si mejoran o disminuyen. Otros necesitan una reevaluación de los medicamentos habituales. Los médicos generales suelen ayudar con el mantenimiento de las recetas. Cuando es necesario, el médico solicita análisis de sangre u otros análisis de laboratorio para respaldar un diagnóstico inicial y reevaluar la condición del paciente.